Según el obispo Jorge Concha, ofm, el deseo de servicio y la búsqueda del bien común impulsaron a la comunidad a ofrecer la infraestructura eclesial para acoger, prioritariamente, a los adultos mayores.

Felipe Herrera-Espaliat – Vatican News

🅛os vitrales ojivales de la Catedral de San Mateo Apóstol han sido esta última semana testigos luminosos de cientos de adultos mayores que recibieron la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Se trata del principal templo de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, que se habilitó para colaborar en la masiva operación sanitaria que está desplegando el país latinoamericano para frenar la pandemia. Fue una decisión tomada por la iglesia local junto a su pastor, monseñor Jorge Concha, franciscano, tras ser advertidos de que faltaban espacios más amplios para acoger, bajo el intenso calor estival, a los grupos prioritarios que debían ser inoculados.

“Debemos estar siempre dispuestos a servir al bien común. Y nada más bueno, en estos días, que sumarnos a esta campaña con la que se puede hacer frente a este tremendo mal que ha sido y está siendo la pandemia”, explica el obispo. Así, servicio y bien común fueron los criterios de discernimiento que los impulsaron a contactar al municipio para disponer el uso público de la Catedral, un icono arquitectónico de la zona que, además, custodia las reliquias del Venerable Siervo de Dios Francisco Valdés, primer obispo de la diócesis.

Y aunque por medidas del Gobierno nacional los lugares de culto han permanecido cerrados a la afluencia de fieles los últimos meses, esta vez se abrieron de par en par las Puertas Jubilares de la Catedral, algo que solo ocurre cada 25 años según la tradición. “Gran parte de los adultos mayores han aprovechado de hacer oración antes y después de vacunarse. Hemos tenido días de oración como no los habíamos tenido hace casi un año”, detalla con emoción monseñor Concha.

Pero la contribución de la diócesis de Osorno no se limita solo a la Catedral, sino que a partir de esta buena experiencia, la próxima semana otros cinco templos parroquiales se sumarán a la red de locales de vacunación. Y es que, como afirma el obispo, “la Iglesia siempre está al servicio de los católicos, de los cristianos, pero siempre abierta a todos. Esta Iglesia que es madre, que acoge y que es servidora”.

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